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Entrevista. Juan Basualdo Farjat. Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata
“Las Universidades somos el primer eslabón de la solución”
“El tema de las residencias y la formación de los profesionales no concierne solo a la Argentina, es un problema mundial” señala el decano de Medicina y subraya que es necesario “preguntarnos qué sucede con las nuevas generaciones que egresan de las facultades y cuáles son sus inquietudes y sus preocupaciones”.
 
 
¿Con qué escenario se encuentran hoy las casas de altos estudios en relación a los estudiantes de medicina?
En primer lugar, tenemos que plantearnos las situaciones generacionales a las cuales nos estamos enfrentando y a partir de un análisis, preguntarnos cómo encontrar las soluciones.
Los estudiantes han prolongado el tiempo de permanencia en las facultades en cuanto a sus estudios y se reciben alrededor de los 28, 29 años. Por otro lado, los jóvenes tienen hoy inquietudes distintas, quieren tener más tiempo libre para hacer otras cosas. Nosotros estábamos dispuestos a trabajar en los hospitales ad honorem y teníamos otras formas de vida, pero el mundo también era otro. Todo ha cambiado y también hay que cambiar hoy la forma de pensar.
¿Dónde cree que está la raíz del problema?
Hay diferentes modelos y planes de estudios en las 25 facultades de Medicina públicas del país, y somos los responsables del 85 por ciento de los estudiantes de medicina de la República. Las facultades privadas, que también son 25, son las responsables del otro 15 por ciento. Empecemos por ver que el tema está dentro de lo público. Luego, hay que analizar qué le significa al graduado hacer una residencia.
El problema es multicausal, no hay una sola circunstancia. No es solo un aspecto generacional, no es solo la carga horaria de las guardias -en la provincia las redujeron de 24 a 12 horas- y también mejoraron porcentualmente en lugares desfavorables, entonces hay elementos que teóricamente tendrían que haber modificado el escenario y no lo hicieron. Y tampoco el problema es solo salarial.
Para dar un ejemplo, en Salta se recibieron los primeros 17 estudiantes de medicina, el ministro de Salud les ofreció ocupar las residencias, les ofrecieron 400 mil pesos y todos dijeron que no.
¿Qué observan desde la facultad?
Que el tema es complejo pero no podemos hacer un reduccionismo y limitarlo a un problema de formación tampoco. Estamos analizando cuáles son las características de los egresados, sus inquietudes, por qué se cubren ciertas especialidades y otras no. Por qué no se presentan en algunas y en ciertos lugares son los estudiantes de la UBA y la UNLP los que cubren las residencias.
Hay egresados que se van del país -y no a Francia, Alemania o Inglaterra-, se van a Nueva Zelanda por ejemplo. Pero también hay una movilización general de graduados. Vienen a la Argentina también de Latinoamérica y de otros países. Hay un movimiento en los moldes clásicos.
En el caso particular de la provincia de Buenos Aires, quien termina la residencia tiene asegurado su puesto dentro del hospital y a pesar de eso no tenemos la cobertura que necesitamos. Hoy más que nunca, aquí y en el mundo, tenemos que resolver el problema. En Francia, por dar un ejemplo, están desapareciendo los médicos de familia y en su mayoría son profesionales libaneses los que atienden y operan. También hay que tener en cuenta el cambio de la fuerza laboral en cuanto al género, hoy las mujeres estudiantes de medicina son ocho cada dos varones y este escenario también impacta en cómo se estructuran los vínculos de los jóvenes y las demandas laborales, que van en esa línea.
¿Qué estrategias se están llevando a cabo para avanzar hacia una solución?
En el Foro de Facultades de Medicina públicas de todo el país nos reunimos una vez por mes todos los decanos, discutimos este tema en forma permanente y somos conscientes que tenemos que sentarnos en una mesa y analizar por qué nuestros egresados no quieren determinadas especialidades, como pediatría. Y no es un problema de cupos. Antes la cantidad de residencias eran reducidas y la cantidad de estudiantes monstruosa. Ahora hay un equilibrio entre los cupos y los egresados de las facultades de todo el país. No faltan residencias, es probable que estén mal distribuidas, eso no lo voy a discutir.
Pero también es algo que tenemos que resolver entre todos los actores. No es un problema político, es un problema de salud pública, que también les toca a los privados porque la crisis de la fuerza laboral se da en todos los ámbitos.
¿Cómo se adapta la formación académica a los requerimientos de los nuevos futuros profesionales?
Las facultades cambiaron los estándares de acreditación, que eran obsoletas. Costó años hacer los nuevos, que se aprobaron en el mes de marzo de 2022. En estos momentos todas las facultades del país están en proceso de acreditación para ver si cumplen o no con los estándares, que fueron realizados por todos los decanos de las unidades académicas públicas y luego adhirieron las privadas. Se aprobaron por unanimidad, pasaron al Consejo Interuniversitario Nacional y al Consejo de Rectores de Universidades Privadas y elevados al Ministerio de Educación de la Nación para su aprobación.
Los nuevos estándares para formar a los estudiantes en la carrera de Medicina significan un cambio radical a lo que eran.
¿En qué consisten estos cambios?
Hoy en la formación tenemos la práctica final obligatoria, con rotaciones de dos meses en cada especialidad: clínica, cirugía, tocoginecología y pediatría. Y además tiempo dedicado a medicina comunitaria, con un 80 por ciento de horas de prácticas. Además, se suman los biosimuladores, para lo cual el gobierno nacional destinó 1500 millones de pesos para equipamiento. La enseñanza ha cambiado a la tradicional, porque los médicos no podemos ser biologicistas, tenemos que tener contacto con el paciente, hay que estar en sus zapatos para saber qué piensa, siente y vive.
Estamos hablando de la salud de una comunidad, el estado que tiene un individuo que en determinado momento se transforma en paciente porque se enferma. Son personas que en un momento atraviesan un estado de enfermedad. Este cambio de mentalidad es importante.
La coyuntura obliga a encontrar respuestas…
La pandemia puso la salud en agenda y la pos pandemia reveló la crisis que enfrenta la fuerza laboral del sector, donde además los médicos no escapan a la realidad social y corren de un empleo a otro. Los cambios entonces tienen que ser de raíz.
Desde el Foro de Facultades de Medicina está en marcha una propuesta de trabajo con la CONEAU y el Ministerio de Educación, para dialogar sobre la situación de los posgrados médicos en la Argentina. Hay un movimiento de los decanos de las universidades públicas para ver qué podemos hacer. No nos escapa la realidad, porque formamos parte del problema y somos el primer eslabón de la solución.
 
 
Por María José Ralli