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“La fuerza laboral de salud es el principal problema que tiene el sistema sanitario”
Para Manuel Fonseca, prosecretario de Salud de la Universidad Nacional de La Plata, las unidades académicas cumplen un rol fundamental para comenzar a enfrentar la crisis del recurso humano en salud.
 
 
La problemática de la fuerza laboral en salud y específicamente la que se refiere a los médicos, es global y Manuel Fonseca, especialista en Medicina General, hace un diagnóstico en dos sentidos: “la concentración de los trabajadores en las zonas urbanas y la concentración con respecto a la elección de los médicos en especialidades no básicas”.
“Esto pasa en todo el mundo” advierte y señala que “en Argentina no estamos exentos: en los últimos años se eligieron un 17 por ciento menos las especialidades básicas y cada vez más los graduados eligen otras disciplinas”.
Pero además para Fonseca hay un agravante: “La tasa de graduación de médicos y médicas va más lenta que la tasa de crecimiento de la población. Si bien tenemos un número sensato de profesionales por cada mil habitantes, 3.8 a nivel nacional, de seguir así la tendencia irá decreciendo sumado al número de colegas que se van del país por distintos motivos, a trabajar afuera. Si a esto se le suma el problema de la concentración, el panorama no es tan bueno”. Y ejemplifica: “CABA tiene 17 médicos cada mil habitantes mientras que Chaco o Santiago del Estero tienen menos de dos cada mil. En este contexto es donde la Universidad tiene que intervenir y hacer lo que esté a su alcance. Lógicamente no tiene en su poder la capacidad de resolver este problema, por la complejidad de aristas que lo contemplan”.
“Desde las universidades se puede intervenir políticamente y hablar mucho más de estos temas en los planes de estudio” dice y cuenta su experiencia: “Yo doy clase en 4to y 5to. año de la materia Salud Pública en la carrera de Medicina, hablo de estos temas y me comentan que es la primera vez que lo escuchan. Entonces, en la currícula no hay contenido que se oriente a conversar sobre la inserción laboral después de recibirse, qué tipo de especialidades existen, cuáles son las diferencias entre una residencia y una concurrencia o entre un posgrado universitario del de un colegio de médicos. Ese debate no está y creo que hay que incorporar en las currículas de las carreras de medicina temas vinculados a la fuerza laboral, al mundo del trabajo, la formación de posgrado y en la medida de lo posible, fomentar y estimular y persuadir a que elijan especialidades básicas y facilitar el ingreso a la docencia en esas especialidades. Generar un mecanismo de vinculación entre la universidad y el sistema de residencias.
Para el médico y docente el segundo tema para abordar este cambio es “no despegarse de los graduados una vez que finalizan los estudios”.
En este sentido, en la UNLP se firmó un acuerdo -del cual es creador y responsable- para que todas las sedes de especialidades de residencias de la provincia de Bs. As, convenien con la Universidad, dictando en paralelo cursos de posgrado en las mismas sedes, acreditados por el Ministerio de Educación de la Nación y la facultad de Medicina, que otorga el título de especialista universitario a los residentes. “Es algo que ya sucede en otras regiones del país y si nos enfocamos en las especialidades básicas en un primer momento, sería un estímulo para elegirlas”, sostiene.
Manuel Fonseca considera también una tercera dimensión: qué canales de comunicación tienen los residentes y graduados en general y con la universidad. “Estamos haciendo seminarios y cursos cortos para incorporar herramientas como la investigación en servicios de salud, economía de la salud y distintos temas de interés que se suman a las prácticas. Esto colabora para que el graduado tenga una mejor comprensión del sistema de salud en el que trabaja, no se frustre y se pueda quedar trabajando en el subsistema público, complementándolo con el subsistema privado”.
“En definitiva, tenemos un problema de carácter mundial, con un impacto nacional muy grave” sintetiza y reflexiona: “hay un modelo de formación de posgrado que está perimiendo el modelo viejo del verticalismo, el maltrato, el trabajar una cantidad desmesurada de horas. Todo está entrando en crisis pero no termina de aparecer una propuesta superadora que contemple los derechos de los médicos y una mejor formación académica y un estímulo”. “La universidad tiene que ser creativa y lo suficientemente ágil para rápidamente hacer algo y colaborar con esta situación y lo mismo tienen que hacer las entidades profesionales, los ministerios y los sindicatos”, advierte.
Y concluye: “Todos tenemos que pensar fuera de la caja para no repetir viejas recetas e innovar para mejorar la situación de la fuerza laboral de salud en el país, que es a mi juicio, el principal problema que tiene el sistema de salud hoy en día”.