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Entrevista. Fernando Avellaneda. Presidente del COSSPRA
“La integración del sistema sanitario necesita una hoja de ruta”
El dirigente analiza la actual coyuntura y considera que el camino de la transformación debe incluir en su discusión a los trabajadores de la salud. El rol del Consejo en la construcción de políticas sanitarias.
 
 
El Consejo de Obras y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina (COSSPRA) nuclea a las 24 Obras Sociales Provinciales (OSP) y garantiza cobertura en salud a sus 7.200.000 afiliados. En los últimos años, a nivel organizacional el Consejo se viene posicionando como un organismo interlocutor y consultor a la hora de generar políticas públicas.
Fernando Avellaneda señala que ese camino fue posible por “el gran trabajo de la Mesa Ejecutiva, que tiene representación federal”.
¿Qué puntos considera los más sobresalientes del Consejo estos últimos años?
Uno de los temas más relevantes fue asumir la responsabilidad de ponernos al día y estar regulados por la IGJ. Esto permite que hoy el COSSPRA presente sus informes y balances de Asamblea y reuniones de Junta a tiempo, brindando transparencia y tranquilidad.
Por otro lado, desde la creación de la Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías -CONETEC-, el COSSPRA tiene una silla en la mesa y logramos profundizar institucionalmente nuestra participación. Hoy el Consejo está representado en un doble rol, porque además de participar activamente durante el proceso de evaluación, está en la Mesa Técnica y da su punto de vista sobre la inclusión o no de una tecnología teniendo en cuenta el financiamiento. Nuestro objetivo es intensificar la capacidad técnica de las OSP y a partir de las especificidades regionales, unificar criterios en políticas de cobertura.
Otro signo de consolidación en la construcción institucional de políticas sanitarias es nuestra participación en la Comisión Nacional de Calidad, con una representante permanente ante el Consejo Nacional Asesor de Calidad. Hay un fuerte compromiso del COSSPRA y de las OSP con esta estrategia sanitaria. Por otra parte, el Consejo también participa de la Comisión Nacional de Medicamentos. Todo esto demuestra que hemos logrado conquistar espacios y hacer visible la representación de más de siete millones de beneficiarios de todo el país.
¿Qué espacios falta ocupar para seguir avanzando en el camino de la consolidación institucional?
Uno sería que el COSSPRA participe institucionalmente del Consejo Federal de Salud, que fue creado por un decreto ley de la última dictadura militar. Sabemos que se está trabajando en este sentido para que el Consejo pueda ser parte en forma activa.
La política genera la mejoría de los constructos sociales y muchas veces las OSP tienen necesidades que deben ser cubiertas y son las decisiones políticas las que acompañan.
Una de los avances en que se debería trabajar es en articular más con los diputados y senadores nacionales y con los legisladores provinciales para ir encaminando un modelo sanitario donde no solo sea el ministro de Salud de la provincia el que hable de estas políticas, sino también los presidentes de las obras sociales provinciales acompañados por el COSSPRA. Si bien en alguna medida lo hacemos a través de dictámenes o resoluciones puntuales cuando nos son requeridas ante un problema, es un paso más que nos falta. También esperábamos la reactivación del Consejo Federal de Legisladores de Salud -COFELESA- y no sucedió. Si se pone nuevamente en marcha quizás podamos tener otro papel.
¿Cuál es su mirada sobre la integración del sistema sanitario?
Hay un discurso de intención sobre la integración del sistema de salud por parte de los protagonistas y hay también algunas acciones por parte del Ministerio de Salud de la Nación en este sentido. Se tomaron algunas medidas como el financiamiento directo de medicamentos de alto precio como para AME, se creó la comisión técnica de seguimiento de los pacientes y la cartera sanitaria hizo una compra de Solgesma a partir de un acuerdo de riesgo compartido. También hubo una decisión política de apoyar el desarrollo de un laboratorio nacional para la producción de un medicamento muy importante para los pacientes con Fibrosis Quística y estas políticas buscaron abarcar a todos. Son decisiones que apuntan a la integración, así como la compra conjunta de medicación para la Hemofilia, donde invitaron a sumarse a las OSP-
Decididamente hay señales y COSSPRA emite las mismas señales, pero hay que trabajar para que estas intenciones se conviertan en una hoja de ruta que incluya desde el inicio, una representación de los usuarios del sistema sanitario, a los recursos humanos y a los entes formadores. Sin duda en el inicio de esa hoja de ruta tienen que estar los trabajadores, no solo pensando en el hoy, sino en el modelo sanitario que queremos tener, que como muchos creemos, debería basarse en el primer nivel de atención resolutivo. El criterio de formación de los profesionales tiene que estar orientado hacia allí y también es donde tiene que enfocarse la mayor remuneración.
Hablando de la formación de los trabajadores sanitarios, ¿qué análisis hace de la actual situación?
Hay un serio problema, vacantes que no se llegan a cubrir en las residencias y que a mi entender se origina porque las generaciones actuales, como pasa en todo el planeta, entienden que ninguna profesión debe inmolarse. Por más vocación que tengan, los jóvenes de hoy, formados como profesionales de la salud, entienden que su capacitación no tiene que excluirlos de la vida social. Prevalecen su bienestar y cuestionan -y está muy bien- el modelo de aprendizaje. Yo creo que no solo tiene que cambiar el modelo, sino también los tiempos de formación, que se extienden en muchos casos más de diez años. Son desafíos que merecen ser discutidos.
¿Cuál es la principal preocupación que enfrentan las OSP?
La mayoría de los equipos responsables de las OSP están preocupados por la administración de los recursos escasos. Entendemos que no hay que perder el foco de que el objetivo de la seguridad social es brindar cobertura -hoy a la enfermedad- y en alguna medida a la salud cuando se logran implementar programas de promoción y prevención.
Sin embargo, sabiendo esa responsabilidad, no nos olvidamos que tenemos que buscar la mayor eficiencia asignativa. Es decir, con los recursos que tenemos, que son finitos, acordar dónde debemos poner la mayor parte para lograr el mejor estatus de salud.
Este paradigma muchas veces se pierde en el día a día frente a la necesidad de ajustar cuentas para asignar coberturas a enfermedades que tienen cada vez más alto precio, ya sea con tecnologías nuevas o viejas, que muchas veces hace que los presupuestos de las OSP sean inalcanzables.
Con el tiempo, los equipos han ido entendiendo que no solo se debe buscar la mejor forma de administración económico-financiera de una institución, sino ir buscando, a través de esas dificultades y escasez de recursos, la mejor eficiencia asignativa. Eso también está implícito -y muchas veces explícito- en nuestras recomendaciones y capacitaciones.
Por eso el COSSPRA es un lugar de intercambio de experiencias; tanto de sus éxitos, logros medianos e incluso los fracasos. Ese espíritu se conserva independientemente del origen político de cada uno de los representantes. El foco está puesto siempre en brindarle cobertura a nuestros beneficiarios, eso nos homogeneiza no solo en nuestras responsabilidades, sino en nuestras miradas para encontrar soluciones.
¿Qué pasa hoy con los honorarios médicos?
Las Obras Sociales Provinciales, en todas sus jurisdicciones, son el mayor seguro de salud de la población. Ninguna obra social nacional ni prepaga, por más grande que sea, tiene en cada distrito provincial la cantidad de beneficiarios que tienen las OSP y en general le asegura a los profesionales y a los equipos de salud un volumen de trabajo. Sin duda está en discusión que los valores deberían ser más dignos y en la medida de las posibilidades de la seguridad social, todos los equipos de conducción están de acuerdo, aún con las restricciones, en pagar el mejor valor que se pueda.
Muchas veces ese valor no tiene la satisfacción por parte del prestador. Las OSP, a diferencia de las nacionales, por ley tienen la obligatoriedad de incorporar a todos los prestadores provinciales y es un verdadero problema porque se hace muy difícil gestionar esas prestaciones. En un futuro las OSP deberían tener en su normativa la posibilidad de acotar sus prestadores asegurándose que todos los beneficiarios puedan acceder.
Finalmente, ¿Cómo trabajan para la formación de dirigentes?
Estamos muy comprometidos con la capacitación, y durante un tiempo la llevamos a cabo a través de la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad ISalud y el instituto Ipegsa; hoy son tres instituciones con las que tenemos acuerdos y convenios para que se formen nuestros alumnos. También junto a la OISS consolidamos un espacio de formación para los trabajadores de nuestras obras sociales.
Con el tiempo la oferta ha pasado a ser una demanda permanente y tenemos el lujo de contar con la Escuela de Gobierno, que brinda cursos para nosotros y logramos, a través de distintas formas de capacitación, utilizar herramientas que ya teníamos, aplicadas a nuestra medida. Para nosotros es un logro político y académico, porque generamos espacios de aprendizaje que no sólo están destinados a los profesionales y áreas jerárquicas, sino también a los cuadros intermedios.
Entendemos que la fortaleza de las obras sociales provinciales y de sus equipos técnicos reside en los cuadros intermedios, que son quienes van a asegurar los cambios de las instituciones a mediano y largo plazo. El objetivo es formar a quienes van a estar y permanecer.
 
 
 
Por María José Ralli