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Entrevista Sonia Tarragona, Jefa de Gabinete del Ministerio de Salud de la Nación
“Cuando construimos consensos todo sale mejor”
Tras cuatro años en la cartera sanitaria la funcionaria hace un balance de gestión. El trabajo con mirada federal desde el COFESA, las políticas que trascienden colores partidarios y el desafío de la integración del sistema sanitario.
 
 
Si tuviera que señalar un punto que defina la gestión, ¿cuál sería?
En primer lugar, quiero señalar que la pandemia nos obligó a repensar las estrategias y no nos dio tiempo a inaugurar la línea de trabajo que habíamos pensado implementar. Hubo que barajar y dar de nuevo y por eso fue importantísimo fortalecer el rol de gobernanza del Ministerio de Salud. Volver a jerarquizarlo nos permitió tener un liderazgo indiscutido en la gestión de la pandemia y a partir de ahí, uno de los puntos de mayor fuerza fue el trabajo coordinado y federal, permanente, consensuado y sin grietas junto con las 24 jurisdicciones. Ocurrió en la pandemia y seguimos trabajando así. En segundo lugar, destaco la articulación del ministerio de Salud con todas las áreas de gobierno, inédita en la historia de la gestión sanitaria. Esta necesidad de trabajar juntos de manera interdisciplinaria, inter área, para empezar a tener una mirada mucho más integral de los problemas que atañen a la salud, como los que hacen a la situación productiva de la salud: medicamentos, insumos, etc. A partir de lo que transitamos en la pandemia, tomamos la decisión de sumar el costado productivo de la salud dentro del eje de trabajo de la cartera.
¿No hay grietas cuando hablamos de salud?
En materia de salud pública, de salud en general y pública en particular, no hay mayores diferencias. Por lo menos en lo que a la oposición y al oficialismo nos está tocando gestionar. No tenemos ninguna diferencia respecto de la mirada y de la importancia de la salud pública o del Estado gestionando la salud como lo venimos haciendo. Percibimos que hay una evaluación en general del funcionamiento muy positiva. A lo largo de la gestión tuvimos más de 90 reuniones de COFESA, y durante la pandemia, nos reunimos cada quince días. Nos juntamos para discutir políticas sanitarias y se transformó en una herramienta para la toma de decisiones. No se toma ninguna medida en este ministerio que no se consulte y se presente primero a las 24 jurisdicciones. Las reuniones son largas, intensas, pero duran hasta que llegamos a un consenso, y por eso luego no hay discusiones respecto de la legitimidad de las acciones.
¿Cree que la mirada sobre el rol del Ministerio cambió en los últimos años?
Sí, cambió en primer lugar producto del ordenamiento de la política sanitaria y con el acuerdo permanente con las 24 jurisdicciones. Y luego por la incorporación de ese costado productivo de la salud dentro de la agenda de trabajo. El ministerio era demandante de servicios, y ahora está también del lado de la oferta, que nos permite tener articulación con Ciencia y Tecnología, el Malbrán o la Agencia de Laboratorios de Producción Pública. Todo este trabajo que se viene haciendo por el lado productivo, redunda en un beneficio para el acceso, para la calidad y para la equidad en salud.
¿Cuáles considera que son las políticas sanitarias implementadas de mayor impacto?
Una: la estrategia de salud mental, que estuvo a la deriva durante mucho tiempo. La pandemia hizo que pusiéramos la mirada sobre la salud mental en forma más amplia. No solo sobre las personas que tienen padecimientos mentales, sino también sobre el impacto emocional que todos atravesamos por distintas razones. Esto permitió que por primera vez en la historia se invierta el 10% del presupuesto en salud mental, algo que establece la Ley y no se había logrado.
Dos: el enorme trabajo que viene haciendo la secretaría de Calidad con el Programa Nacional de Calidad para el sector público, pero también por primera vez, con inversión destinada a los prestadores privados, con herramientas para que acrediten calidad y se capaciten.
Tres: asociado a todo esto, la jerarquización de algunas profesiones dentro del sector de la salud, como haber logrado que los licenciados y las licenciadas en enfermería puedan tener especialidades; el reconocimiento de la salud mental comunitaria, la psicología clínica; en definitiva, un conjunto de acciones para jerarquizar el trabajo de los profesionales de la salud.
Uno de los principales reclamos de los profesionales de la salud es la crisis del recurso humano. ¿Qué análisis hacen desde el Ministerio y cómo están encarando la problemática?
Venimos trabajando con el ministerio de Educación, que tiene su propia lógica de funcionamiento y aprendimos a dialogar, a manifestar cuáles son las necesidades que el sistema tiene en materia de salud, para que Educación pueda disponer de sus herramientas para ir transitando un camino común. Es una articulación que probablemente sea imperceptible, pero es muy significativa para el sector.
El tema del financiamiento es uno de los más cuestionados...
El financiamiento de la salud no es un tema que desconocemos y en ese sentido implementamos un conjunto de acciones que lo cristaliza. Una tiene que ver con la jerarquización de la CONETEC y haberla transformado en un organismo desconcentrado. Otra es la creación del Consejo de Asistencia Técnica para Procesos Judiciales en Salud -CATPROS- que también impacta en el financiamiento.
¿Cuál es el terreno de acción de cada uno?
La CONETEC -Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías- evalúa tecnologías en términos relativos e introduce la dimensión del costo-efectividad, pero no analiza los casos particulares. El CATPROS tiene como objetivo hacer un análisis de si esa tecnología aplica para un caso en particular; es una herramienta que ponemos a disposición del Poder Judicial, que nos lo viene pidiendo hace tiempo.
A veces hay fallos judiciales que no tienen la información necesaria para tomar una buena decisión y esta herramienta está a disposición de los tres niveles de gobierno; cualquier tribunal puede pedir opinión en cualquier procedimiento judicial relacionado con la salud que involucra también a la seguridad social y la medicina privada. No es vinculante, es voluntario pero nos permite contribuir con la justicia para la toma de decisiones más informadas.
Con estas dos herramientas -CONETEC y CATPROS- ¿queda pendiente la conformación de una Agencia?
Yo no creo que quede pendiente, porque hoy la CONETEC, si bien no se llama Agencia, cumple las mismas funciones y hemos hecho un análisis comparado que demuestra que incluso hace algunas más. En mi opinión personal, nos falta un camino largo para transitar respecto de lo que entendemos y esperamos de la evaluación de tecnologías como para tener una agencia independiente.
¿La CONETEC tiene independencia?
Tiene independencia técnica y es vinculante para nosotros. La única diferencia que tendría con la Agencia, es que quienes hacen hoy las evaluaciones no son pagos y lo hacen en forma voluntaria a partir de la articulación con el sistema científico tecnológico, con universidades y centros de investigación. Administrativamente depende del ministerio de Salud pero no técnicamente. Si hiciésemos una agencia tendríamos que duplicar un área de jurídicos, un área de recursos humanos, un área de administración, un área de compras, un área de contrataciones, un área de auditoría.
¿Está dando buenos resultados?
Absolutamente y además, tiene una convocatoria amplísima. Participan 28 miembros y están representados todos los sectores, incluida la mesa de los pacientes. Es una construcción que viene de la gestión anterior a la que le dimos mucho impulso. Y te diría que hoy está funcionando mucho mejor que una Agencia.
Es importante la continuidad de políticas sanitarias más allá del cambio de gestión...
La CONETEC es una muestra y creo que es un camino que no vuelve hacia atrás, porque además es una herramienta muy valorada por los financiadores, por el sistema de salud, por la justicia y por los tomadores de decisiones. Uno esperaría que pase lo que pase en las elecciones, continúe, es una política instalada y la necesitamos.
Luego de este balance... ¿Qué considera que quedó pendiente?
Los temas más preocupantes que venimos hablando no sólo en el COFESA sino con todos los sectores y que aún no tienen solución, son el talento humano, la crisis de las especialidades y la necesidad de trabajar en un modelo diferente, porque el que tenemos, hoy no está dando respuestas. A la mayoría de las provincias les cuesta mucho conseguir profesionales de determinadas especialidades y los incentivos vinculados a las remuneraciones están absolutamente distorsionados.
Es muy difícil ordenar un sistema cuando tenemos complejidad y superposición. No llegamos a resolver este problema, que además quedó al desnudo con la pandemia. Tenemos que trabajar en una reforma profunda, sobre todo porque cada jurisdicción tiene su propia lógica y su propio esquema de funcionamiento. Creo que esa es la deuda más grande que quedó de esta gestión. Por lo demás, seguramente podríamos haber hecho otras cosas y de otras maneras, pero lo cierto es que reglamentamos más de 20 leyes en todo este tiempo. Leyes que llevaban años sin reglamentar, como la de Chagas, de alimentación saludable, de Resistencia Antimicrobiana, Etiquetado Frontal. Estamos esperando que se apruebe en el Congreso la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco que lleva 20 años desde la firma.
Finalmente, está en marcha la integración del sistema de salud. ¿Cómo se plantea para lograr el mayor consenso posible?
Tenemos una mirada y un análisis de la integración que no parte de la financiación sino del lado del acceso; de la base de que todas las personas tienen que tener derecho a acceder y usar el sistema de servicios de salud con independencia de si tienen cobertura pública exclusiva, seguridad social o prepaga. Para eso estamos trabajando en diferentes líneas que integran, pero no desde lo financiero, que desde mi perspectiva no va a ocurrir nunca. Integración no significa unificación, significa coordinación; se trata de construir un ecosistema donde cada cual tiene un rol definido, pero todos apuntamos a resolver lo que queremos resolver. Con ese sentido están a disposición las herramientas digitales como la Historia Clínica Digital gratuita, la Receta Digital y la Telesalud. O el FESCAS y el Plan Nacional de Calidad para los sectores público y privado.
Estamos también trabajando en la redefinición del PMO para transformar ese conjunto de prestaciones desordenado y caótico, en uno protocolizado y ordenado, con guías y líneas de cuidado que asuman todas las partes de la atención, desde la prevención hasta la rehabilitación.
Todo esto tiende a unificar por el lado del acceso y hay consenso. Trabajar en los consensos es mucho más complejo y más lento, pero una vez que ocurre es difícil volver atrás. Así lo hizo Ginés (González García) al inicio y luego Carla (Vizzotti) continuó de la misma manera. Cuando nos sentamos todos los actores y construimos consensos, todo sale mejor.
 
 
Por María José Ralli